A Macorina le bastó elegir al azar y sin mirar
siquiera cualquier crayola que sus dedos tuvieran al alcance, y así, casi sin
esfuerzo, con ella pintar el lienzo entero sin importarle si se sale de la raya
He de admitir con total humildad, que ni mil
quinientos de mis párrafos más selectos y aún así tan plagados de retóricas y con complejo de
carrusel, podrían hacer nada contra tan solo nueve breves y concisos de
aquellos que emanan de cuando en cuando, de aquel coloso humeante que dormita
en las colinas
En definitiva me falta mucho, demasiado yo diría;
Para poder aglutinar tanta vida en tan pocas letras de manera magistral se debe
de tener de esos talentos que solo se conceden al dejar en prenda de cambio parte de la
vida misma
Me declaro fan, aunque el término esté por demás en
desuso y el tan solo insinuar mi gusto definido sirva en ponerle un poco de ego
al tanque de aquel Aristogato y Orgulloso Aerostato para que llegue hasta
Saturno
He de confesar –a
estas alturas del trapecio- que el título, la intención ó incluso hasta
posible destinatario de todo aquello viene siendo lo de menos; El Placer de
devorar aquella clase de caracteres uno a uno con los ojos, se equipara al que
tengo en las mañanas cuando el sol me pinta de alba las cortinas, y tomo de la
oreja la primerita de todas las tazas de café que vendrán durante del día
Lo que se le envidia a Macorina, más que el tórrido
romance que tiene con el uso a placer de cada una de las letras, es esa facilidad
por dejarles la mandíbula de par en par a cualquiera de las mías, las cuales
refunfuñan entre dientes cual vecinas mitoteras diciendo…”Carajo, Lo ha vuelto
a hacer!”
He ido a prisa a comprarme un sombrero, tan solo
por tener con qué hacer alguna reverencia; Sus Letras, son de esas cosas
que aún no cambio de escaño en la vitrina
El protocolo de Los Buenos Modales también requiere el rendirle
Honores a quien los merece, Así de simple la vida es.
Está Cabraun!...Dijera aquella amiga portuguesa
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