Me hubiera encantado conocerla hace veinte cuando usted y yo
éramos más pequeños, no miento si le digo que le hubiera compartido un poco más
de la mitad de mi lunch a la hora del recreo y que le habría regalado los
colores de mi lapicera que más le gustaran, la habría acompañado hasta su casa
al salir de la escuela y quizás, si fuera menos tímido de lo que sigo siendo
todavía, le habría dejado una nota breve y sincera entre las hojas de su
libreta sin que usted se diera cuenta. Siento que de haber sido así tendríamos
más historias en común de las que ya tenemos, más momentos de esos en tonos
pastel como el que adquieren las fotografías con el paso del tiempo; Y sino
hace veinte al menos sí a sus diecisiete, en esas edades en las que la
curiosidad alborota a las hormonas y hace que uno se despoje de las buenas
costumbres. Sabe, me habría encantado ser el cómplice con el cual interrumpiera
su inocencia, notarle al tacto cómo sus curvas le iban esculpiendo su cadera,
siento que a pesar del tiempo han sido pocos años para aprenderme al dedillo
cada uno de sus bordes y muy pocas las noches en las que he dormido abrazado a
su cintura
Siempre he pensado que el extrañamiento debe ser atemporal e independiente de
cualquier festividad que exhiba el calendario, que debe dar lo mismo si es en 2
o en 4; Aquí por ejemplo, se le extraña de manera importante al momento de
poner la mesa, al sacar algún disco de su estuche, al contar los espacios
disponibles del librero y sobre todo en las mañanas cuando saco a secar al sol
la mayoría de todas mis ideas. En estos últimos días me pasé el tiempo pensando
detenidamente acerca de cuál sería el regalo perfecto para usted en este día
tan particular, me puse a buscar a consciencia en todos mis rincones en los que
usted habita tratando de encontrar algo que en verdad necesitara o que al menos
pudiera darle un uso práctico y duradero. Y es que ya la he llenado con textos
hasta el cuello, le he escrito hasta con los codos en papel y en la piel con la
yema de los dedos y pensar en dibujarle algo sería arriesgarme un poco a que
aquello terminara resguardado a la sombra de un armario para así evitar
responder cuestionamientos incómodos a cualquier extraño que se anime a
preguntarle acerca de la firma y lo que representa
Ciertamente no soy muy adepto a obsequiar algo que tienda a
acumular polvo, desde siempre acostumbré darle en estas fechas algo que le
ayude a recordar un poco cómo es que era usted y cómo es que era yo y cómo a
pesar de todo ello coincidimos. Llegué entonces a la conclusión de que no hay
mejor regalo de mi parte para éste día que devolverle su libertad absoluta y
plena justo como lo era antes de habernos conocido, y no es que alguna vez me
haya pertenecido de alguna forma ni haya sido mi afán el poseerla, sin embargo
admito que se ha visto entorpecida por mi parte en la última década al no saber
soltarla justo a tiempo por temor a perderme y no saber cómo retomar el camino
de vuelta a ese lugar del que siempre se habla, pero sigue careciendo todavía
de un espacio y tiempo definido
He decidido suspender momentáneamente su búsqueda por aire,
mar y tierra, Allende no podría ser más clara al decir que no se puede
encontrar a quien no quiere ser encontrado; Es precisamente por eso que hoy le
doy todas las plumas que le restan a mis alas con tal de verla tomar altura y
volar de nueva cuenta como tanto extraña hacerlo. No me malinterprete, si de
algo puede estar plenamente segura es que si algún curioso me preguntara hoy,
mañana o al día siguiente le diría sin titubear ni siquiera un poco que la
adoro con el alma, es más sería tajante en afirmar que sí, que no soy del todo
yo mismo cuando usted me hace falta. Pero siendo lo más honesto que me es
posible y dejando mi inocencia a un lado, sé por experiencia propia que por más
que espere usted no habrá de regresar a Casa por llamar el sitio de algún modo,
y es que soy de la idea de que, para querer quedarse habrá primero no querer
irse , y a usted se le nota tanto en la mirada que al menos no es aquí ni ahora
el lugar en donde pertenece
Solo hay dos cosas que uno pude terminar deseándole a la
mujer que ha sido tan parte de uno mismo que punza a la par todo aquello que le
duela, Una es la muerte misma y otra una vida libre de lastres, cadenas y
tristezas, y en su caso -vida mía-, sin dudarlo para usted elegiría siempre la
segunda. Si no le molesta quisiera quedarme con algunas de esas cosas a las
cuales con tanto cariño me gusta llamarlas como “nuestras”, los idiomas, las
caligrafías, los colores azul cobalto y el magenta, siéntase libre de venir
cualquier día a visitarlas, ésta es su Casa y tanto a ellas como a mí nos dará
un gusto enorme el verle ese par de hermosos ojos cafés que humean debajo de
sus cejas
Tratando de explicarme los porqués y los cómos, he llegado a
la conclusión de que quizás soy yo el del problema, y uno grave muy
probablemente, y es que no me hallo en estos tiempos tan febriles del querer
express y a las carreras, del te amo pre-cocido y empacado en celofán dispuesto
a hornearse en dos minutos debajo de la almohada de algún desconocido. Siempre
he pensado que enamorarse cada dos segundos de alguien diferente es de lo más
irresponsable que uno puede permitirse hacerse a sí mismo, que la lealtad es
algo que infiere un sentido real de pertenencia y que debería de fusilarse por
alta traición a la patria a quien camine por la vida con más de dos banderas
diferentes, entonces sí, quizás soy yo el que no encajo del todo en estos
tiempos
No hay razón ni corazón alguno que se nutra solamente de
boronas en la mesa, le soy honesto, me gusta la continuidad en las historias,
el desarrollo de una buena trama, disfruto la comedia e incluso algunas veces
hasta el drama, pero éste suspenso constante de saberla de cierto itinerante,
que si me voy un poco me toca más y si la toco de más se aparta, hace que se
vuelva complicado terminar por redactar capítulos completos. Esto pudiera
parecerle abrupto, premeditadamente alevoso y quizás hasta de mal gusto, sin
embargo no es a causa del ardor por el dolor de las ausencias o las promesas suspendidas
de ambos lados en alguna parte de la historia, es algo que se ha venido
amontonando conforme pasan los días sin tener una certeza de saber si es que se
va, se queda o se regresa al lugar en donde estaba. La sé guerrera,
sobreviviente, sin embargo siento que son tiempos de hacer las paces con uno
mismo y buscar dentro de sí para reencontrarse. Sabe, hubiera sido muy lindo
haberla leído nuevamente sin tapujos, una línea y un par o un trío de vocales
directas y sin pensarlas demasiado. Aquí no hay ni héroes ni villanos, sé muy
bien la parte que me toca y el por qué de si las cosas no son como debieran, es
también por mis fallas y mis propias omisiones
El miedo se contagia casi de manera irremediable yo diría,
se incrusta en lo más profundo de los mismos huesos, yo por ejemplo le tengo
tanto miedo a sus silencios, a pensar que si no dice nada es porque nada tiene
qué decir al respecto; Quizás soy en verdad ingenuo o un irremediable creyente de que los lazos
que se van hilando con el paso de los años son, han sido o serán lo
suficientemente fuertes para poder con ellos sostener el peso del cascajo que
desprenden las paredes de una casa cerrada por derribo desde hace tanto tiempo,
esa misma que ni bien compramos ni mal vendemos, solo la arrendamos como
extraños por tiempos diferidos cuando afuera hace mucho frío y los tragos son
lo suficientemente fuertes, o cuando las nostalgias hacen entre ellas mismas
demasiado ruido. Entiendo su miedo a quedarse quieta, yo también solía temerle
a tocar tierra el día que aprendí a volar, sin embargo le digo que yo con usted
de ida y vuelta, con los ojos cerrados y de principio a fin cualquiera de estos
años
Le hablo de usted porque es de usted de quien más he
hablado, le hablo de usted también por formalidad y por respeto pues a más
nadie le tengo esta admiración incalculable y sobre todo agradecimiento por las
lecciones de vida y las inspiraciones que me hacen funcionar de la manera más
correcta, es usted quien me enseñó en su momento las partes de mí que creía
perdidas o en su defecto inexistentes, es usted sin duda quien me ha hecho
querer ser mejor persona
Me suelto de sus alas para que vaya a donde usted más
quiera, y es que si usted supiera lo bella que se ve cuando vuela…así la
conocí, en el aire. Y si alguna vez quisiera un compañero en alguno de sus
viajes, un cómplice de días o un aliado en cualquiera de sus guerras, está por
demás decirle que cuenta usted conmigo, del uno al diez y del treinta en
adelante.
Soyes prudent avec vos ailes...Le ciel est en feu.
Bon Vogaye Mademoiselle D.