viernes, 2 de mayo de 2014

30

Me hubiera encantado conocerla hace veinte cuando usted y yo éramos más pequeños, no miento si le digo que le hubiera compartido un poco más de la mitad de mi lunch a la hora del recreo y que le habría regalado los colores de mi lapicera que más le gustaran, la habría acompañado hasta su casa al salir de la escuela y quizás, si fuera menos tímido de lo que sigo siendo todavía, le habría dejado una nota breve y sincera entre las hojas de su libreta sin que usted se diera cuenta. Siento que de haber sido así tendríamos más historias en común de las que ya tenemos, más momentos de esos en tonos pastel como el que adquieren las fotografías con el paso del tiempo; Y sino hace veinte al menos sí a sus diecisiete, en esas edades en las que la curiosidad alborota a las hormonas y hace que uno se despoje de las buenas costumbres. Sabe, me habría encantado ser el cómplice con el cual interrumpiera su inocencia, notarle al tacto cómo sus curvas le iban esculpiendo su cadera, siento que a pesar del tiempo han sido pocos años para aprenderme al dedillo cada uno de sus bordes y muy pocas las noches en las que he dormido abrazado a su cintura

Siempre he pensado que el extrañamiento  debe ser atemporal e independiente de cualquier festividad que exhiba el calendario, que debe dar lo mismo si es en 2 o en 4; Aquí por ejemplo, se le extraña de manera importante al momento de poner la mesa, al sacar algún disco de su estuche, al contar los espacios disponibles del librero y sobre todo en las mañanas cuando saco a secar al sol la mayoría de todas mis ideas. En estos últimos días me pasé el tiempo pensando detenidamente acerca de cuál sería el regalo perfecto para usted en este día tan particular, me puse a buscar a consciencia en todos mis rincones en los que usted habita tratando de encontrar algo que en verdad necesitara o que al menos pudiera darle un uso práctico y duradero. Y es que ya la he llenado con textos hasta el cuello, le he escrito hasta con los codos en papel y en la piel con la yema de los dedos y pensar en dibujarle algo sería arriesgarme un poco a que aquello terminara resguardado a la sombra de un armario para así evitar responder cuestionamientos incómodos a cualquier extraño que se anime a preguntarle acerca de la firma y lo que representa

Ciertamente no soy muy adepto a obsequiar algo que tienda a acumular polvo, desde siempre acostumbré darle en estas fechas algo que le ayude a recordar un poco cómo es que era usted y cómo es que era yo y cómo a pesar de todo ello coincidimos. Llegué entonces a la conclusión de que no hay mejor regalo de mi parte para éste día que devolverle su libertad absoluta y plena justo como lo era antes de habernos conocido, y no es que alguna vez me haya pertenecido de alguna forma ni haya sido mi afán el poseerla, sin embargo admito que se ha visto entorpecida por mi parte en la última década al no saber soltarla justo a tiempo por temor a perderme y no saber cómo retomar el camino de vuelta a ese lugar del que siempre se habla, pero sigue careciendo todavía de un espacio y tiempo definido

He decidido suspender momentáneamente su búsqueda por aire, mar y tierra, Allende no podría ser más clara al decir que no se puede encontrar a quien no quiere ser encontrado; Es precisamente por eso que hoy le doy todas las plumas que le restan a mis alas con tal de verla tomar altura y volar de nueva cuenta como tanto extraña hacerlo. No me malinterprete, si de algo puede estar plenamente segura es que si algún curioso me preguntara hoy, mañana o al día siguiente le diría sin titubear ni siquiera un poco que la adoro con el alma, es más sería tajante en afirmar que sí, que no soy del todo yo mismo cuando usted me hace falta. Pero siendo lo más honesto que me es posible y dejando mi inocencia a un lado, sé por experiencia propia que por más que espere usted no habrá de regresar a Casa por llamar el sitio de algún modo, y es que soy de la idea de que, para querer quedarse habrá primero no querer irse , y a usted se le nota tanto en la mirada que al menos no es aquí ni ahora el lugar en donde pertenece

Solo hay dos cosas que uno pude terminar deseándole a la mujer que ha sido tan parte de uno mismo que punza a la par todo aquello que le duela, Una es la muerte misma y otra una vida libre de lastres, cadenas y tristezas, y en su caso -vida mía-, sin dudarlo para usted elegiría siempre la segunda. Si no le molesta quisiera quedarme con algunas de esas cosas a las cuales con tanto cariño me gusta llamarlas como “nuestras”, los idiomas, las caligrafías, los colores azul cobalto y el magenta, siéntase libre de venir cualquier día a visitarlas, ésta es su Casa y tanto a ellas como a mí nos dará un gusto enorme el verle ese par de hermosos ojos cafés que humean debajo de sus cejas

Tratando de explicarme los porqués y los cómos, he llegado a la conclusión de que quizás soy yo el del problema, y uno grave muy probablemente, y es que no me hallo en estos tiempos tan febriles del querer express y a las carreras, del te amo pre-cocido y empacado en celofán dispuesto a hornearse en dos minutos debajo de la almohada de algún desconocido. Siempre he pensado que enamorarse cada dos segundos de alguien diferente es de lo más irresponsable que uno puede permitirse hacerse a sí mismo, que la lealtad es algo que infiere un sentido real de pertenencia y que debería de fusilarse por alta traición a la patria a quien camine por la vida con más de dos banderas diferentes, entonces sí, quizás soy yo el que no encajo del todo en estos tiempos

No hay razón ni corazón alguno que se nutra solamente de boronas en la mesa, le soy honesto, me gusta la continuidad en las historias, el desarrollo de una buena trama, disfruto la comedia e incluso algunas veces hasta el drama, pero éste suspenso constante de saberla de cierto itinerante, que si me voy un poco me toca más y si la toco de más se aparta, hace que se vuelva complicado terminar por redactar capítulos completos. Esto pudiera parecerle abrupto, premeditadamente alevoso y quizás hasta de mal gusto, sin embargo no es a causa del ardor por el dolor de las ausencias o las promesas suspendidas de ambos lados en alguna parte de la historia, es algo que se ha venido amontonando conforme pasan los días sin tener una certeza de saber si es que se va, se queda o se regresa al lugar en donde estaba. La sé guerrera, sobreviviente, sin embargo siento que son tiempos de hacer las paces con uno mismo y buscar dentro de sí para reencontrarse. Sabe, hubiera sido muy lindo haberla leído nuevamente sin tapujos, una línea y un par o un trío de vocales directas y sin pensarlas demasiado. Aquí no hay ni héroes ni villanos, sé muy bien la parte que me toca y el por qué de si las cosas no son como debieran, es también por mis fallas y mis propias omisiones

El miedo se contagia casi de manera irremediable yo diría, se incrusta en lo más profundo de los mismos huesos, yo por ejemplo le tengo tanto miedo a sus silencios, a pensar que si no dice nada es porque nada tiene qué decir al respecto; Quizás soy en verdad ingenuo o un irremediable creyente de que los lazos que se van hilando con el paso de los años son, han sido o serán lo suficientemente fuertes para poder con ellos sostener el peso del cascajo que desprenden las paredes de una casa cerrada por derribo desde hace tanto tiempo, esa misma que ni bien compramos ni mal vendemos, solo la arrendamos como extraños por tiempos diferidos cuando afuera hace mucho frío y los tragos son lo suficientemente fuertes, o cuando las nostalgias hacen entre ellas mismas demasiado ruido. Entiendo su miedo a quedarse quieta, yo también solía temerle a tocar tierra el día que aprendí a volar, sin embargo le digo que yo con usted de ida y vuelta, con los ojos cerrados y de principio a fin cualquiera de estos años

Le hablo de usted porque es de usted de quien más he hablado, le hablo de usted también por formalidad y por respeto pues a más nadie le tengo esta admiración incalculable y sobre todo agradecimiento por las lecciones de vida y las inspiraciones que me hacen funcionar de la manera más correcta, es usted quien me enseñó en su momento las partes de mí que creía perdidas o en su defecto inexistentes, es usted sin duda quien me ha hecho querer ser mejor persona

Me suelto de sus alas para que vaya a donde usted más quiera, y es que si usted supiera lo bella que se ve cuando vuela…así la conocí, en el aire. Y si alguna vez quisiera un compañero en alguno de sus viajes, un cómplice de días o un aliado en cualquiera de sus guerras, está por demás decirle que cuenta usted conmigo, del uno al diez y del treinta en adelante.


Soyes prudent avec vos ailes...Le ciel est en feu.

Bon Vogaye Mademoiselle D.