jueves, 9 de marzo de 2023



Escribo porque hoy necesito poder dormir nuevamente, escribo porque me es preciso concentrarme en ésta vida que es la que me sucede y no en la que me hubiera gustado que ocurrieras, escribo porque tengo tanto miedo de quedarme mucho tiempo con todo mi dolor a solas.

Así que aquí vuelvo, a esta sala de espera de dos por dos donde vengo a rebotar palabras entre las paredes, y es que, buscarte no es una opción, para qué si lo que menos necesito ahora es un "Qué haces aquí, ya te dije que no lo hagas". ¿Llamarte?, si desde aquí puedo ver tu mueca de enfado al ver mi nombre parpadeando en una pantalla, en estos últimos días pase un par de veces por tu casa cuando salía a manejar de madrugada por no poder dormir, hacía varios meses que había dejado de hacerlo, hoy lunes fue la última vez que lo hice, tenías las persianas de abajo abiertas, y algo dentro de mi quería desesperadamente bajar y tocar la puerta sí te veía cruzar por la ventana y decirte lo mucho que lo siento y quería abrazarte fuerte muy fuerte al menos por última vez, solo pude ver por unos instantes el interior de esa casa que alguna vez nos llegó a tener sin querer arrancarnos la vida. 

¿Alguna vez te has imaginado sin piel, estar así en carne viva? Así me siento ahora, todo cala, el sol, el viento, la cama, los días, las palabras, las horas, me abruma el sentimiento y me anuda la garganta tan fuerte que se vuelve doloroso pasar saliva. Siempre has tenido esta manera de despedirte tan desgarradora, tan tajante que de un solo portazo se cierra todo sin dejar ni el más mínimo resquicio por dónde se filtre ni una sola vocal, mucho menos una consonante. No sabes la tristeza que se siente tener que darte por perdida cada que sucede, por más que debiera estar acostumbrado, al final es inevitable no sentirse abandonado, inadecuado, rechazado, tan sobre todo, tan insuficiente..

Quisiera poder quitarnos de una sola vez y por todas, las heridas y las dudas y quedarnos solamente nosotros dos, quisiera que no sintieras que arde el pecho al final de cada oración, quisiera darte todo aquello que te prometí algún día, quisiera me quisieras más y me adolecieras menos, quisiera quitarnos todos los dolores, quisiera poder ser todo aquello que sueñas y que ansías, pero quisiera también poder ser yo todo lo que sueño, quisiera tanto, tanto, pero tanto de todo eso aún no es posible todavía.

De todo aquello que quisiera, lo que más sería, es que ojalá algún día supieras cuánto es que te amo hasta el día de hoy todavía. Por amor te pido que si no haz de volver más nunca, no nos guardes en ninguna parte, por mi corazón que tienes en tu mano y por el tuyo que llevo conmigo en el dorso de la mía, no me despiertes nuevamente si al abrir los ojos solo jugarás a estar dormida.

Déjame curarme sin interferencias, tengo aun pedazos tan grandes y rotos que necesito sanar, y duele como el carajo pues ahora también en medio de ello me estoy abriendo el pecho nuevamente para enterrar ahí otra vez al amor de mi vida, duelen los sueños frustrados, las promesas incumplidas, duelen los lugares donde no estamos, duele que sea más lo malo que lo bueno, duele todo lo que fallé y también en lo que me fallaron, duelen los abandonos, las transgresiones mutuas, duelen los malos recuerdos y el tener que hacer pasar a los buenos por en medio de ellos. Hay tanto qué curar y qué sanar cada quien desde sus propias heridas, las hechas y las recibidas.

Eres a quien más amo en mi vida, y solo por ti me podría enfrentar a todo esto que llevo dentro desde hace tanto, desde que estás en mi vida, lo imposible poco a poco lo puedo.

Solo de algo estoy cierto sin importar el tiempo, ni el lugar ni cualquier otra posible variable, y es que si alguna vez nos deja de doler tanto la vida, de corazón te estaré esperando aquí adentro, donde siempre.