jueves, 11 de abril de 2013

Veintinueve Lunares y Contando...


Después de un cinema sin palomitas, una apuesta saldada y una crisis de pánico por arañas jugando a los escondites, me dio por buscar ahí donde hacía muchos ayeres no esculcaba, aquellas cosas tan viejas, tan de ella y mías, pláticas, mensajes y textos a las prisas; Me di cuenta entonces de algo que siempre he sabido -o creo ambos lo sabemos-, y es que nunca nos hemos soltado del todo, y no es que alguno de los dos tenga sujeto al otro, sino que, siempre hemos estado de alguna manera u otra en el camino de cada uno, quizás incluso mucho antes de habernos conocido las caras

Nos he leído de todo, tan afines muchas veces y tan afilados otras tantas, creo que ahora somos diferentes, nos ha tocado aprender por cuenta propia muchas cosas que de haberlas hecho en conjunto habrían resultado por demás dolorosas e innecesarias; Quizás sí, las cosas suceden por una razón, cualquiera que ésta sea nos ha evitado arrancarnos del todo y a la mala al uno del otro

Suele ser tan niña de una manera enternecedora, le da por escribir en diminutivos cuando me extraña, pero no lo dice con todas sus letras para no saberse descubierta, ahora es (somos) más breves, si me pide ir voy,  aunque aún no logro hacer que venga, si no es con los dientes, bajo las sábanas o encima de ellas; Reflexionando un poco y con más calma, quizás antes no supimos pedirnos a bien las cosas, así pues, ahora evitamos en lo posible escarbarnos tan profundo, sabemos bien que es precisamente ahí donde algunas veces sangra, estamos, coincidimos, recordamos e intentamos remendarnos cada uno a su propia y peculiar manera

Debo decir, que siempre que es posible es todo un espectáculo ver salir el sol desde aquella gran ventana con su cuerpo a contra luz y mis ganas irreprimibles de querer tocarla, o silenciar el despertador varias veces con tal de no asomar ni un talón por fuera de la cama, aunque al final las prisas por salir a tiempo nos hagan refunfuñar al reintegrarnos cada cual a su rutina diaria

Es, soy, hemos sido ambos dos en complicidad quizás la mejor historia jamás contada, pero eso es algo que solo habrán de decidir los días que vayan cayendo entre las manos, aunque cierto es que…”Para quererse ir, habrá que primero no querer quedarse”, así pues, henos hoy aquí, sonriendo de lado, siendo breves

Siendo.

martes, 9 de abril de 2013

Iridiscente



-"Los barcos están varados porque no les sopla el viento,
porque no les sopla el viento los barcos están varados

Y por eso no han entrado barquitos a sotavento
barquitos a sotavento por eso no han entrado..."