Y ahí estaba, sentado en una silla de hierro forjado, rodeado
por unos altos muros barrocos con una taza de café azucarado y un cigarro a
medio consumir, mientras veía el ir y venir de personas caminando a un costado
mío, observando a detalle las ilustraciones montadas sobre caballetes mientras aquella reportera de ojos
almendrados y sonrisa más nerviosa que la mía se alistaba para comenzar la
entrevista
Me templaban hasta las aletas mientras veía atentamente cómo
aquella mujer menudita y de ojos pispiretos sacaba de su bolso -cual pozo sin
fondo- una grabadora de voz, libreta, dos plumas y un marca textos, no tenía
nada más que hacer mientras tanto, trataba de ordenar las ideas para saber qué
decir cuando comenzaran a preguntarme sin tropezarme con mis propias palabras
Todo era un tanto bizarro hasta ese momento, yo por mi
parte, varias horas antes estaba en la regadera cantando a la par de WARRANT “Cherry
Pie” a medio pulmón para no espantar a los vecinos mientras tomaba un baño,
esperando salir a tiempo con todo a la mano, pero como siempre me pasa en este
tipo de eventos, parece que saliera a la calle sin un calcetín, uno sabe bien
que aún sin esa prenda tan esencial es posible ponerse los zapatos y caminar
pretendiendo que nada sucede, pero definitivamente en alguna parte del camino se
irá haciendo más notorio el hecho de que hace falta algo más que ese calcetín
ausente para sentirse completo, o por lo menos adecuadamente coordinado
Habiendo pues divagado dos segundos antes de que aquella
persona comenzara a lanzarme preguntas a diestra y siniestra, me preparé para
recibir cada una de ellas y responderlas de la mejor manera; Ella comenzó preguntando
lo básico, lo de cajón, quién era yo, de dónde venía y a qué me dedicaba, para
después de ello nombrarme algunos trabajos que había hecho y diciendo que en lo
personal le habían gustado las técnicas de ejecución que usaba para ellos, cosa
que debo confesar me sorprendió escucharle ya que era la primera vez que me
topaba con esa persona en mi vida, pero supongo que es el deber de cualquier entrevistador
investigar un poco de su entrevistado por cuestiones de profesionalismo y para
hacer que fluyan las respuestas a las preguntas
Después de ello abordamos temas de opiniones personales
acerca de la necesidad de espacios para que la gente se decidiera a mostrar sus
trabajos y cómo es que el gobierno de aquel lugar se esforzaba en abrir foros
para ese propósito, comentario de ella (la entrevistadora) debo decir, supongo
que debe ser adepta al partido que actualmente gobierna esa ciudad en
particular; Sin ahondar más en cuestiones proselitistas me preguntó de dónde es
que nacía la inspiración para esa serie de Ilustraciones y por qué el nombre de
“Nueve Vidas” y lo que representaba para mi cada una de ellas, debo decir que
casi por impulso, como si se tratase de un reflejo nato, sonreí de lado al hurgar
un poco (casi nada) en mi memoria para recordar el por quién es que eran precisamente
Nueve Vidas, y no seis o cuatro
Procedí entonces a contarle a groso modo un poco de la historia, porque de
contársela completa, quizás habría tenido que pedir residencia en aquella
ciudad y citarnos cada tarde durante tres años para así contarle la
historia un poco más completa de los “por qués” y los “paras”; Debe haber algo en el género
femenino que las hace detectar sin equivocarse, cuándo es que uno plasma en honor a alguien lo que
lleva dentro y lo transforma en vectores y colores tratando de disimular lo que
uno quisiera decir en voz baja para no levantar sospechas
Para no hacer más largo el cuento, y sobre todo para
recordar mis propias palabras, esperaré a tenerlas impresas y entre manos para
contar a detalle la explicación del por qué el nombre de la serie, solo puedo
decirle querido lector/lectora que me abstuve de conjurar a la musa, creo que
eso lo hace más interesante, de esa manera cualquier persona puede tomar alguna
de esas nueve vidas y hacerla propia
Ella se despidió con una sonrisa, un beso en la mejilla y
dejando su tarjeta en la mesa justo al lado de mi taza de café, yo me despedí de
ella un poco más tranquilo, con la sonrisa relajada y con las prisas de tener
que irme en poco tiempo a otro lado, apuntando la experiencia en mi bitácora de
vuelo, con una nota al pie de la misma que dirá “Vuelo largo, algo de
turbulencia, hay almejas sonriendo en la nevera, llegamos a destino sin
rasguños”
Los más puristas de los artistas estarían de acuerdo en
catalogarme como un advenedizo, todo un usurpador sin previa formación ni
conocimiento del ámbito artístico, vamos, no es la primera vez que me sucedería
el verlos murmurar entre ellos y sus dientes algún comentario por el estilo, me pasa
también con aquellos auto proclamados “escritores” y/o "poetas" que hablan de mis letras sin
darles ningún valor agregado
Cosa que sé yo mismo de primera mano ya que soy yo quien las escribe, sé de cierto que mis letras se repiten casi siempre a sí mismas o terminan nombrando al mismo par de letras en el abecedario, sin embargo, esto de escribir como el de ilustrar, diseñar o tomar alguna ocasional fotografía no tan vibrada, es uno de mis tantos huesos que apuntalan este ánimo inquebrantable por seguir curioseando entre historias, fantasías y realidades, importándome muy poco si es que esto que hago calza o no a la perfección en los cánones que proclaman tener quienes se dicen ser verdaderos conocedores de estos menesteres
Cosa que sé yo mismo de primera mano ya que soy yo quien las escribe, sé de cierto que mis letras se repiten casi siempre a sí mismas o terminan nombrando al mismo par de letras en el abecedario, sin embargo, esto de escribir como el de ilustrar, diseñar o tomar alguna ocasional fotografía no tan vibrada, es uno de mis tantos huesos que apuntalan este ánimo inquebrantable por seguir curioseando entre historias, fantasías y realidades, importándome muy poco si es que esto que hago calza o no a la perfección en los cánones que proclaman tener quienes se dicen ser verdaderos conocedores de estos menesteres
Me despedí aquel lugar y de la gente tiempo antes de que
terminara el evento, pues tenía compromisos previos, al irme alejando pensé en lo
petulante que había sonado el decir eso y lo absurdamente encantador que les
pareció a ellos al escucharlo, como si pensaran que después de ahí tenía alguna
comida con otros artistas o iría a fumar hachís en alguna terraza parisina,
pero no, me esperaban en mi ciudad unas cuantas instalaciones de anuncios
luminosos, espectaculares y un par de entregas de cotizaciones
Porque, ciertamente esto de la “artisteada” y el estar bajo
los reflectores no es algo que acostumbre día con día, lo mío lo mío es
divertirme haciendo esto que me gusta, la planeación, la ejecución y la
satisfacción al ver los resultados finales, el pararme en la calle, voltear
hacia alguna estructura y decirme a mí mismo…eso yo lo hice, sonreír y seguir
caminando, mientras pienso e imagino en qué parte de la ciudad estará colgado
algo que parió un mouse, un teclado, un monitor, unas cuantas tazas de café y un
par de cigarros a entradas horas de la madrugada.