viernes, 30 de noviembre de 2012

Nueve Vidas



Y ahí estaba, sentado en una silla de hierro forjado, rodeado por unos altos muros barrocos con una taza de café azucarado y un cigarro a medio consumir, mientras veía el ir y venir de personas caminando a un costado mío, observando a detalle las ilustraciones montadas sobre caballetes mientras aquella reportera de ojos almendrados y sonrisa más nerviosa que la mía se alistaba para comenzar la entrevista

Me templaban hasta las aletas mientras veía atentamente cómo aquella mujer menudita y de ojos pispiretos sacaba de su bolso -cual pozo sin fondo- una grabadora de voz, libreta, dos plumas y un marca textos, no tenía nada más que hacer mientras tanto, trataba de ordenar las ideas para saber qué decir cuando comenzaran a preguntarme sin tropezarme con mis propias palabras

Todo era un tanto bizarro hasta ese momento, yo por mi parte, varias horas antes estaba en la regadera cantando a la par de WARRANT “Cherry Pie” a medio pulmón para no espantar a los vecinos mientras tomaba un baño, esperando salir a tiempo con todo a la mano, pero como siempre me pasa en este tipo de eventos, parece que saliera a la calle sin un calcetín, uno sabe bien que aún sin esa prenda tan esencial es posible ponerse los zapatos y caminar pretendiendo que nada sucede, pero definitivamente en alguna parte del camino se irá haciendo más notorio el hecho de que hace falta algo más que ese calcetín ausente para sentirse completo, o por lo menos adecuadamente coordinado

Habiendo pues divagado dos segundos antes de que aquella persona comenzara a lanzarme preguntas a diestra y siniestra, me preparé para recibir cada una de ellas y responderlas de la mejor manera; Ella comenzó preguntando lo básico, lo de cajón, quién era yo, de dónde venía y a qué me dedicaba, para después de ello nombrarme algunos trabajos que había hecho y diciendo que en lo personal le habían gustado las técnicas de ejecución que usaba para ellos, cosa que debo confesar me sorprendió escucharle ya que era la primera vez que me topaba con esa persona en mi vida, pero supongo que es el deber de cualquier entrevistador investigar un poco de su entrevistado por cuestiones de profesionalismo y para hacer que fluyan las respuestas a las preguntas

Después de ello abordamos temas de opiniones personales acerca de la necesidad de espacios para que la gente se decidiera a mostrar sus trabajos y cómo es que el gobierno de aquel lugar se esforzaba en abrir foros para ese propósito, comentario de ella (la entrevistadora) debo decir, supongo que debe ser adepta al partido que actualmente gobierna esa ciudad en particular; Sin ahondar más en cuestiones proselitistas me preguntó de dónde es que nacía la inspiración para esa serie de Ilustraciones y por qué el nombre de “Nueve Vidas” y lo que representaba para mi cada una de ellas, debo decir que casi por impulso, como si se tratase de un reflejo nato, sonreí de lado al hurgar un poco (casi nada) en mi memoria para recordar el por quién es que eran precisamente Nueve Vidas, y no seis o cuatro

Procedí entonces a contarle a groso modo un poco de la historia, porque de contársela completa, quizás habría tenido que pedir residencia en aquella ciudad y citarnos cada tarde durante tres años para así contarle la historia un poco más completa de los “por qués” y los “paras”; Debe haber algo en el género femenino que las hace detectar sin equivocarse, cuándo es que uno plasma en honor a alguien lo que lleva dentro y lo transforma en vectores y colores tratando de disimular lo que uno quisiera decir en voz baja para no levantar sospechas

Para no hacer más largo el cuento, y sobre todo para recordar mis propias palabras, esperaré a tenerlas impresas y entre manos para contar a detalle la explicación del por qué el nombre de la serie, solo puedo decirle querido lector/lectora que me abstuve de conjurar a la musa, creo que eso lo hace más interesante, de esa manera cualquier persona puede tomar alguna de esas nueve vidas y hacerla propia

Ella se despidió con una sonrisa, un beso en la mejilla y dejando su tarjeta en la mesa justo al lado de mi taza de café, yo me despedí de ella un poco más tranquilo, con la sonrisa relajada y con las prisas de tener que irme en poco tiempo a otro lado, apuntando la experiencia en mi bitácora de vuelo, con una nota al pie de la misma que dirá “Vuelo largo, algo de turbulencia, hay almejas sonriendo en la nevera, llegamos a destino sin rasguños”

Los más puristas de los artistas estarían de acuerdo en catalogarme como un advenedizo, todo un usurpador sin previa formación ni conocimiento del ámbito artístico, vamos, no es la primera vez que me sucedería el verlos murmurar entre ellos y sus dientes algún comentario por el estilo, me pasa también con aquellos auto proclamados “escritores” y/o "poetas" que hablan de mis letras sin darles ningún valor agregado

Cosa que sé yo mismo de primera mano ya que soy yo quien las escribe, sé de cierto que mis letras se repiten casi siempre a sí mismas o terminan nombrando al mismo par de letras en el abecedario, sin embargo, esto de escribir como el de ilustrar, diseñar o tomar alguna ocasional fotografía no tan vibrada, es uno de mis tantos huesos que apuntalan este ánimo inquebrantable por seguir curioseando entre historias, fantasías y realidades, importándome muy poco si es que esto que hago calza o no a la perfección en los cánones que proclaman tener quienes se dicen ser verdaderos conocedores de estos menesteres

Me despedí aquel lugar y de la gente tiempo antes de que terminara el evento, pues tenía compromisos previos, al irme alejando pensé en lo petulante que había sonado el decir eso y lo absurdamente encantador que les pareció a ellos al escucharlo, como si pensaran que después de ahí tenía alguna comida con otros artistas o iría a fumar hachís en alguna terraza parisina, pero no, me esperaban en mi ciudad unas cuantas instalaciones de anuncios luminosos, espectaculares y un par de entregas de cotizaciones

Porque, ciertamente esto de la “artisteada” y el estar bajo los reflectores no es algo que acostumbre día con día, lo mío lo mío es divertirme haciendo esto que me gusta, la planeación, la ejecución y la satisfacción al ver los resultados finales, el pararme en la calle, voltear hacia alguna estructura y decirme a mí mismo…eso yo lo hice, sonreír y seguir caminando, mientras pienso e imagino en qué parte de la ciudad estará colgado algo que parió un mouse, un teclado, un monitor, unas cuantas tazas de café y un par de cigarros a entradas horas de la madrugada.

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