Y entonces si, me di cuenta de que
en casos de emergencias, el corazón se desasocia de manera inmediata y tal vez definitiva de todo tiempo y lugar a fin de preservarse, de
sobrevivir más allá de la decepción de las promesas y la necedad de las personas por consumirse al primer hervor
El corazón elije quitar de entre sus
prendas esas ganas insensatas de mudarse con o sin maletas al lugar donde todo se decide
en una rifa, en un águila o sol, en la cantidad de cicatrices que se puedan negociar
Lo tan poco que me queda no alcanza ni a igualar siquiera la apuesta más precaria de cualquier otro postor