miércoles, 23 de noviembre de 2022

domingo, 20 de noviembre de 2022

Posdata

 



"Frente a mí
Tú de mí muy cerca
No necesito más...

Y hoy que puedo, bien cuidarte
Esos sueños, esos que sueñas"


Nunca pensé que vería a Ely sin ti, cantando y contando un cuento en una casa particular, hoy sábado por la noche en esta ciudad donde alguna vez viví.

Tampoco pensé que Colmena le ganaría por mucho a Mi playa cuando se trata de ti, ni en la ironía del nombre de su "Gira en KAsas"

Por momentos así recordé la vez de Sabina en esta misma ciudad, aquel entonces también estabas en otra trama de vida distinta, así tal cual justo como hoy.

Me acabé la voz esa noche cantándote desde las entrañas mismas...Y sin embargo, Contigo y Peces de Ciudad.

Así de extraña sucede a veces la vida sin ti, pero contigo cuando no estás.



viernes, 18 de noviembre de 2022



Hoy, a estas horas, la nuestra sería una historia totalmente distinta a lo que es ahora, recuerdo perfecto haberlo traído de vuelta desde el fondo de mi corazón hasta mi boca y escucharlo haciendo eco en la tuya y al mismo tiempo destellando en tu mirada, "el dieciocho de noviembre es".

Hoy, en este día, la historia es simplemente cotidiana, es un viernes cualquiera, de un mes que va tres días mas allá de su mitad y comienza a hacer un poco de frío casi siempre cuando empieza a anochecer.

Desenraizarse por veinteava vez sigue siendo terriblemente doloroso, es hurgar nuevamente entre la tierra e irse sacando los pies desde el fondo tirando de a poco intentando no romperse en el intento..."todo está en las raíces, sobre todo saber en dónde plantarlas"...

Hay días insoportables, angustiantes, desesperantes, tan increíblemente incómodos, hay días como hoy en los que la nostalgia se me sale de su jaula y así -furiosa como es-, comienza a morder tan fuerte que me arranca de tajo pedazos enteros de calma. Hoy te he llorado tanto y tan adentro, que con todo ello he logrado apagar por momentos varias veces éste incendio. 

Lo sabes bien, me conoces en todas tus ausencias, es incontable la cantidad de cosas que quisiera contarte, que quisiera mostrarte diariamente, que quisiera hacerte sentir nuevamente como la primera vez, hay tanto de todo que a veces es complicadísimo saber por dónde comenzar. Te lo cuento por aquí pues me prometí no hacer más ruido ni volver a perturbar tu calma, créeme, lo intento como quizás nunca antes en mi vida. 

No tengo idea si habrás de tropezarte por aquí o si lo harás por curiosidad, como sea el caso, hoy es viernes dieciocho de noviembre y te amo de una manera tan entera, tan profunda, tan consciente, tan inmensa que me está costando la vida desarmarlo todo para irme deshaciendo de todas esas partes duras donde alguna vez dolió. 

Continúo sanando mis heridas, recordándome, primero para mí, y quizás para algún día, no tener solamente cicatrices por mostrar, ojalá y Frida no cambie de nombre, ojalá me alcance la vida para verte otra vez, ojalá dejemos de buscarnos en otros rostros diferentes, sabiendo bien dónde es que se encuentra cada uno de los dos, ojalá esa argolla no vuelva a perderse en los traslados de mudanzas del jamás.

Desde hoy me quedo quieto, no hay mucho por hacer, por decirte o que no haya dicho ya.

Hoy te he puesto en mi piel, en la mano izquierda, la que está del lado más cercano al corazón, para no olvidarte nunca y para no olvidarme yo.

"Si alguna vez te preguntas cuánto es que te quiero, le puse tu nombre a todas las olas del mar."

Anathema - Ariel


I found you in the dark...

martes, 15 de noviembre de 2022

Durante mucho tiempo llevé conmigo un gran resentimiento cuando decidiste no acompañarme a la ciudad donde habíamos pactado comenzar cuando regresaste de un largo y doloroso viaje para ti, durante tanto tiempo me enfocaba solamente en lo que a mí me había afectado, el dolor que tuve por sentirme abandonado en un lugar al que en un inicio no quería ir.

Con el paso de los años me he dado cuenta que, de no haber sido así, mucho de lo que soy ahora no existiría. Tu negativa tuvo que ver en gran parte con el miedo a la falta de certeza o incluso de las capacidades que tendría de lograr todo lo que prometía, mi resentimiento hacia ti partía del haber saltado primero que todos a un vacío con los ojos cerrados y que no saltaras después de mí para encontrarme a medio vuelo.

Conforme la vida se ha ido apaciguando y mientras voy desatando nudos, ahora sé que me hizo mucha falta agradecerte más el no haber aceptado aquella vez; Pensándolo bien, y por como era yo en ese entonces, lo más seguro es que me habría quedado laborando en esa empresa a la que llegué durante muchos años, quizás me habría acostumbrado a la rutina y al final, te habría apagado el fuego con el que llegaste después de regresar.

Te agradezco infinitamente el haber despertado en mí, de entre tantas otras cosas, la ambición, la ambición no por el tener, sino por el lograr, gracias a ti fui perdiendo el miedo que tenía a la posibilidad de fracasar, a partir de ahí fui ganando batallas internas, algunas veces me acompañabas en ellas, otras tantas cada quien libraba las suyas desde sus trincheras en compañía de otras personas distintas, sin embargo, de no haber sido por ti, mi historia personal sería muy distinta, quizás habría logrado menos y seguramente habría intentado casi nada, te debo el valor que tanto necesitaba y el que hoy en día me sigue dando el impulso a seguir en movimiento.

Siempre admiré de ti esa facilidad que aprender algo nuevo y dominarlo como si llevaras toda la vida sabiéndolo, te recuerdo esos días de Carmen hablando de sonares, radares, plataformas petroleras y demás, tal como si llevaras toda tu vida viviendo ese lenguaje. Para mí era admirable cómo podías saber en tan poco tiempo una ficha técnica completa de un aparato que acababas de conocer, siempre has hablado con una seguridad avasallante cuando se trata de los temas que te apasionan. Hoy en día por ejemplo, tienes tu propia empresa fuerte y creciente en gran parte a que te tiene a ti en ella, y te veo hablar de paneles, baterías, sistemas de montajes, kilowatts, inversores y tantos tecnicismos más, que cualquier persona creería que eres toda una ingeniera que se sabe al dedillo cada característica sin faltarle ninguna coma.

A la par de tu piel y tus ojos de café y canela, tu mente es la sensualidad andante, hipnotizante como lo es la cadencia que tiene tu cadera al caminar. Hay cosas tan de ti que se vuelven indesprendibles, el color morado y el magenta, miss dior, un vaso de leche fría, una cámara réflex, tu agilidad al pensar y ese carisma que desborda tu sonrisa, eso y un mil cosas más.

Espero en el tiempo también haber permeado en ti así como me inundas tú con todas las cosas tan tuyas que lograron tanto en mí.

Mi admiración y mis gratitudes totales para ti, siempre.

lunes, 14 de noviembre de 2022

Iridiscente

 A diferencia de como pensé que sería al comenzarlo, mi proceso no ha sido ni remotamente cercano a ser lineal, cada día es un desafío distinto, días donde procuro mantener la cabeza ocupada y noches complicadísimas donde trato de comprender las raíces de mi ansiedad y los que ahora sé, son ataques de pánico, experiencias nuevas que a final de cuentas me toca saber qué hacer con ellas y cómo gestionarlas de la mejor manera posible.

Parte de mi viaje a través de las heridas ha sido el reconciliarme con las memorias que tenía perdidas, así fue como he estado saliendo a pasear desde hace unos días a unas citas a solas conmigo y con todo el cariño que te tengo.

Paré en Byblos por primera vez en muchos años, en aquel entonces ni siquiera me hubiera preocupado por esto, pero, vaya que es una pesadilla estacionarse allí, el lugar sigue teniendo ese olor a oficinas viejas, entre cloro y pinol. Estando allí recordé una mañana que te llevé uno cuernito y un café de Mc'Donalds, recuerdo que también lo estresada que terminabas en los días de cierre de edición, siempre batallaban al momento de exportar sus archivos. 

Cuando tenía el restaurante pasaba casi diario por el lugar donde te besé por primera vez, vaya que ha sido el beso más torpe, tímido y accidentado de toda mi vida, estaba increíblemente nervioso ese día. Llegamos a volver alguna vez a ese sitio, pero no estuvimos ni más de 10 minutos ahí, parecía que en cualquier momento alguien habría de robarnos la cartera o algo similar.

Ha tomado la costumbre de manejar por la madrugada cuando me es muy complicado dormir, me calma y me distrae, parte de las recomendaciones que me han sugerido para calmar la ansiedad y cuando llega a haber un ataque de pánico, es el concentrarme en el aquí y el ahora, sin embargo he descubierto que manejar cuando la ciudad está casi vacía me ayuda a pensar con un poco más de claridad, me conecta a mí de una manera distinta que simplemente sentarme y hacer ejercicios de respiración. Todo suma, creo, nada es lineal, lo que a algunas personas pudiera servirles, en mi caso algunas veces no resulta tan bien y tengo que buscar la manera de mantenerme en progreso.

La ciudad tiene una energía tan distinta a esas horas, hay calma la mayoría de las veces, otras noches la misma ciudad te dice que es mejor te quedes en casa para no tentar demasiado a la suerte. He hecho un cierto tipo de ritual cuando hago ruta, salgo de mi casa y paso a Guerrero por un esquimo de cajeta a La Brisa, debo confesar que no es mi favorito, pero te gustaba a ti, ese y el de gansito, a veces por variar un poco pido un agua de un sabor extraño que solamente pedirías tú, hace unos días fue de mamey...no hace falta decir que en el vaso quedó un poco más de la mitad.

Justo después de eso, me llevo de paseo por las calles al cariño que te tengo mientras pongo un playlist con canciones que olvidaba me gustaban, Aerosmith, Buika, Ely Guerra, Rainbow, Buena Vista Social Club...entre otros tantos, hace poco empecé a poner boleros, no sé, tienen un "algo", como cuando llueve y huele a tierra mojada, es raro quizás me estoy haciendo viejo.

Mientras manejo con toda la calma que me acompaña al rededor, es cuando pienso no solo en las cosas que nos hicieron desmoronarnos, sino sobre todo en las que crearon en su tiempo y momento un vínculo que aún en el día de hoy me parece irrompible, al menos para mí. En el camino, trato de ir separando las cosas buenas de las malas, justo como cuando uno se ponía con la abuela a pizcar frijoles antes de ponerlos a hervir, quitándoles las piedras y maleza que hubiera en el montón. 

A veces todavía hay espacio para lo impredecible, a partir de ahora puedo poner en mi currículum de acrobacias dos vueltas completas al rededor de la fuente florentina que está dentro de la plazuela frente a Sears, si alguna vez quisieras intentarlo, justo donde termina el banco se abre un espacio entre los bolardos de concreto donde alcanzas a pasar sin problemas, entre 3 y 4 de la mañana no hay ni un alma al rededor, entras decidida y la usas de glorieta las veces que los nervios te lo permitan, para justo después salir por un costado de nuevo hacia la calle y hacer como si nada hubiera pasado.

En estos días prometí llevarme al cariño que te tengo de paseo a Guanajuato, e ir por un café cortado a aquel lugar donde lo preparan tan bien.