sábado, 23 de diciembre de 2023

Durante Septiembre pasado te vi entrar casi a diario a este espacio muchas más veces que en otros meses anteriores, nunca sabré si me buscabas a mi o si solo buscabas a partes de ti misma entre todas estas letras que al final de cuentas son tuyas. No me atreví a decir nada al respecto, ni mucho menos a hacerte notar que te veía entrando y salir de aquí durante todo el día, pensé que quizás tus visitas fueron más como cuando uno saca una fotografía vieja del cajón donde la mantiene escondida y la observa por un momento con cierta nostalgia, para después guardarla a toda prisa de vuelta en su sitio antes de que alguien más la vea, todo ello mientras algo se desenredaba nuevamente de aquel lado de la trama.

No sé si lo sepas, pero ya no estoy en la misma ciudad donde nos conocimos, me traje casi a la fuerza a esta otra parte distante del mapa donde alguna vez hablamos de tener un nuevo punto de partida, irónicamente como en aquel otro intento fallido de cambio de locación, heme ahora acá, de nuevo conmigo mismo en otro lugar distinto y con lo que alcancé a meter en mi maleta. 

Por más que quise mudarme con todas esas cosas que acostumbré a cargar por si acaso a todas partes, no pude traerme conmigo al menos las que más quería, tuve que dejar mis libros, mi primer auto, mis discos, mis gatos y también la esperanza de volver a verte de frente algún día,  y junto con ella también dejé los buenos recuerdos restantes dentro de un tarro con miel, las hebras de un hilo rojo, el café de tus ojos y los pedazos de una luna en cuarto menguante, todo ello sobre el último estante en pie de una alacena dispuesta para memorias que al paso del tiempo y la falta de abasto se fue quedando vacía.

En verdad lo intente todo, te prometo que lo hice, desde las mil mismas maneras de siempre, hasta otras distintas, ni el contacto cero, ni la terapia de choque, regresiones, constelaciones, ni meditaciones, al final para mí no hubo otra manera posible de bien soltarte, que esta de traerme a mí mismo hasta este sitio, donde sé que al menos ya no puedo salir a buscarte.

Seguiré usando este espacio cuando encuentre tiempo para escribir de mí y de lo que acá suceda, sabes bien que nunca he escrito por oficio ni estoy a la espera de alguna regalía, esta solo es y ha sido siempre mi manera más personal, vulnerable y honesta de sacar a secar al sol todo aquello que se llega a mojar cuando aquí se inunda.

Que la suerte te encuentre y te acompañe a donde sea que te lleve la vida.

Con cariño.

C.