Platicando con Marín hace pocos días y algunos varios cafés
y cigarrillos de por medio, me comentaba, -mirándome detenidamente a los ojos-
mientras hablaba de cierto tema en particular, que adoraba la manera en que la
mirada de los hombres tomaba cierto brillo muy particular cuando hablábamos de “Las”
ó “La” persona que nos había partido la madre, literal
Comentaba que lograba ver quién habitaba tal mirada, qué voy
yo a saber si aquello es cierto, pero puede que Marín tenga en parte algo de razón, sin embargo lo decía con tal
sonrisa en el rostro, que el comentario en cuestión no llegaba a molestar, incluso podía
saber por la amplitud de su sonrisa, que ella se había visto a sí misma habitando más de alguna vez en una mirada de esas “rompe madres” como bien dijera
ella, entre sorbos de café, bocanadas de humo y carcajadas
Puede Marín, puede que tenga usted razón, y quizás todos llevamos
inquilinos en las pupilas, de esos que se asoman entre las pestañas cuando escuchan
que les hablan.
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