domingo, 6 de enero de 2013

Hoy Toca!



Me cuesta demasiado tratar de recordar cuál fue el último regalo que dejaron junto a mi zapato un seis de enero hace ya bastantes años atrás; Lo que si me viene a la mente, es que gracias a “Ellos” tuve la primera bicicleta en la que aprendí a montar, la autopista a control remoto que tanto quería, una patineta que me dejó más cicatrices en manos y rodillas que trucos al andar en ella, mi primer videojuego y un sinfín de sonrisas e ilusiones que van de la mano con la niñez, así como los raspones y los pantalones rotos por jugar futbol con los amigos de la cuadra

He de presumir orgullosamente que éste es mi decimo quinto año como Rey Mago y mis primeros diez como encargado por completo de la Operación, y aunque si bien aún no tengo la bendición de contar con mi propia familia, tengo tres nenas que a lo largo de sus años han sabido hacerme parte de ese sentimiento que espero algún día tener de vuelta como hace apenas un par de años atrás

Recuerdo mi primera misión como ayudante, acababa de cumplir trece y era hora de seguir adelante, claro, a esas edades quizás ya tenía algún tiempo escuchando leyendas urbanas de quien o quiénes eran los que llenaban la sala de las casas con regalos a horas tan tempranas, pero aún así me hacía de oídos sordos para continuar despertando con la ilusión de encontrar un regalo para mi, sin importar que tan bien o qué tan mal me hubiera portado en todo el año, “Ellos” siempre sabían perdonar las faltas minutos antes de irme a la cama

Aquel primer día me encontraba bastante nervioso, me tocaba acompañar por vez primera a mi madre a surtir la grosa lista de mi hermana, que en aquellos años era la más pequeña de la casa; Por vez primera me asomé al mundo de “Los Grandes”, aquel donde las bolsas negras deambulaban a toda prisa por las calles, escondiéndose cuanto antes en las cajuelas de los coches para no levantar sospechas, claro está que todo este extraño mundo cobraba vida a horas en las que un “Niño” no debía de estar afuera de su cama, mucho menos afuera de su casa

Así fue entonces que aprendí cómo es que se lleva a cabo la ancestral tradición de fungir como hacedores de sonrisas, y aún en el “mundo real” no deja de perder su magia, incluso adquiere otra distinta, uno se siente parte y artífice de lo que habrá de suceder a la mañana siguiente, apenas las niñas se despierten. Hay una emoción muy particular que lo invade a uno por saber qué cara habrá de poner la más grande de ellas cuando toque mi puerta en unas cuantas horas más 

Eso sí, deben saber que esta “Profesión” no es nada fácil y no cualquiera califica, por ejemplo, hay que saber ser todo un maestro del camuflaje para poder esconder cajas grandes en espacios reducidos, se debe de tener el sigilo de un gato para poder malabarear con más de 5 cajas gigantes en un solo viaje sin dejar caer ninguna de ellas al piso, acomodar todo en poco tiempo y dejar la escena sin ser detectado, tener conocimiento avanzado en lectura de instructivos y sobre todo, paciencia para seguirlos al pie de la letra sin que terminen sobrando piezas al ensamblar un Salón de Belleza para muñecas, pero lo más importante de todo, se requiere de absoluta discreción acerca del cómo es que todo esto sucede, no hay que olvidar que a los soplones dejan de traerles regalos

A todos aquellos quienes estén pensando en integrarse al equipo dentro de poco ó en algunos años más, deben de saber que la Regla de Oro es…“Todo se basa en el acomodo”, sin que deba de influir la cantidad de regalos o el espacio para colocarlos, háganlo emocionante, sean creativos, recuerdo un Día de Reyes del 2001 cuando decidí acomodarlos en varias partes de la casa, eso sí, recuerden bien en dónde dejan cada cosa, ese año terminé encontrando una muñeca en su empaque detrás del sillón un par de semanas después

Silencio ante todo, zapatos con suela de goma o incluso hasta en calcetines, la mejor hora? Yo diría entre 4 y 5 de la mañana, no hay niño que se aguante el sueño después de las 2 ni que se levante antes de las 7 por muy emocionado que se esté; El error más común de los principiantes es no recoger las cartas, aunque se perdona por las prisas y los nervios, sin embargo es preciso y necesario que no aparezcan en el mismo lugar a la mañana siguiente

Dicen por ahí que hay que destruirlas, pero en lo personal me gusta leerlas y guardarlas, así con el tiempo vas notando que poco a poco te toman cada vez más en cuenta en la petición de los deseos, hace un par de años una de las nenas pidió para mí un balón de futbol, por aquello de que soy “niño”, aunque no sé de dónde me vio lo deportista, quizás pensó que no me haría mal hacer algo de ejercicio y bajar algunos kilos, aún sigo esperando que llegue el balón, pero sobre todo que se vayan los kilos de más

No se pongan muy espléndidos con las ofrendas, unas cuantas galletas o unos dulces son más que suficientes, recuerden que al final de cuentas lo que hayan puesto en el plato se lo habrán de comer ustedes, aunque siendo el caso se vale también auto consentirse, el año pasado “les dejamos” a los Reyes unos chocolates, cosa que agradecí horas más tarde al momento de estar acomodando

Háganlo mágico!!, el dejar una galleta mordida siempre logra el truco de pensar que alguien ha venido de visita, recuerdo que cuando era niño, poníamos con mi padre unas cubetas con agua en el jardín de la casa, por si al caballo, elefante y camello les daba algo de sed, a la mañana siguiente amanecían casi vacías y nosotros encantados; Recuerden…se trata de ellos, tómense el tiempo, nada de juerga el día anterior, no hay nada más desastroso que intentar armar correctamente una carriola a las 8 de la mañana con resaca y sueño atrasado

Pónganse las pilas!...literal, es más fácil encontrar barras de plutonio que conseguir baterías AA en las primeras horas del día seis, aprendí la lección después de recorrer más de cinco tiendas para echar a andar un teclado cuyo sonido perfectamente podría taladrar cualquier cerebelo desvelado, por cierto, a una de las nenas le toca éste año su primer instrumento musical, ya compré desde ayer unas cuantas aspirinas por si acaso

Paciencia, muchos años estuvimos del otro lado, haciendo que nuestros padres se levantaran a la par de nosotros, que salieran a vernos montar por vez primera una bicicleta o a patear la pelota que nos habían regalado hasta que termináramos volándola a la casa del vecino

Seamos tan enanos ellos por una vez en el año, quizás mañana los juguetes se arrumben, las bicicletas se oxiden y las pelotas se terminen quedando en las azoteas, pero días como estos pasan muy pocos años en la vida; Todavía me pregunto si Frida habría sido más de muñecas, o si alguna vez habría pedido un juego de química para inventarse a sí misma un elemento nuevo con su nombre, o si habría aprendido más pronto que yo a dar las vueltas a la izquierda, sin estrellarse tantas veces contra el portón de aquel vecino que espero nunca haya sabido que era yo quién le abollaba tantas veces su cochera

Soñemos!...Nunca sabemos hasta cuándo habrán de durar los imposibles, en unas horas más haré lo que amo hacer cada seis de enero…Pelearme con los instructivos y buscar los diminutos accesorios de muñecas que siempre se las ingenian para acabar escondidos en la parte más recóndita de los sillones de ésta casa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario