domingo, 2 de diciembre de 2012

(Título Pendiente)



Ahora entiendo los halagos, la innumerable cantidad y variedad de los cumplidos, la intencion de aquellos tantos con sus mil y un versos dedicados, la irremediable curiosidad que provocando tanto en propios como extraños

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Y es que se vuelve endemoniadamente imposible no detenerse a oler aquel café recién molido cuando abre y cierra las pestañas

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Si llegara a leerme alguna vez –o si es que lo hace de manera frecuente- debo decirle que si, efectivamente, usted resplandece cuando es feliz 

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No es que cuente tanto lo que cuenta el espejo, es todo aquello que le habita debajo de la dermis, justo en el tuétano de sus huesos

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Usted a mi no me engaña, ó por lo menos no más de lo habitual, usted nació musa, se sabe musa, bella, tan bella como tal.

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