Ir con “Los Chinos” (Aunque
realmente son Honkoneses) es toda una experiencia, es como entrar al lobby de
la ONU, no solo por la cantidad de acentos, dialectos e idiomas con las que el
cerebro intenta procesar apenas se cruza la puerta; sino también porque es el
lugar donde es posible encontrar todo, y por todo, me refiero a absolutamente
todos los ingredientes para lo que alguna vez alguien pensó en cocinar.
El lugar cuenta con más de 15 pasillos repletos de productos de más de
25 países, eso sin contar con las usuales áreas de verduras, frutas, cárnicos,
lácteos y pescadería (donde por cierto puedes escoger el pez, langosta, ostras
y camarones que más te guiñe el ojo o te sacuda la aleta y lo sacarán del
estanque para que te lo lleves a casa, más fresco que eso, imposible).
Esta provincia cuenta con una de las más grandes poblaciones de
expatriados de todas las partes del mundo, de ahí que con “Los Chinos” se pueda
encontrar desde un Haitiano pidiendo Oaxtail para un estofado, un Rumano
comprando una cantidad impresionante de especias o hasta un Venezolano llevando
su Harina Pan para hacer Arepas, eso sin contar la abrumadora cantidad de
“Indianos” que en los últimos años han sobre poblado muchas comunidades debido
al intenso intercambio escolar con países de India y Medio Oriente.
Cada que vengo aquí es como entrar en la fábrica de Willy Wonka, es un escape de todo lo demás, las posibilidades parecen prácticamente infinitas, pero siempre tiene que haber al menos un poco de auto control para no llegar a la caja con media tienda en el carrito.
Hoy llevé todo para intentar preparar Pho, es algo así como un Ramen, pero vietnamita, tan solo el caldo base lleva más de 10 ingredientes y especias entre canela, cardamomo, anís, jengibre, pimienta blanca, nuez moscada y más..., Estoy ansioso, sin duda cocinar me apapacha el alma de una manera que ninguna otra cosa es capaz de hacer.
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